Atrofia óptica

La atrofia óptica se produce por la pérdida de los axones de las células ganglionares, que forman el nervio óptico. Puede ser provocada por cualquier lesión de ellos desde la retina hasta el núcleo geniculado lateral.
En los niños y jóvenes las principales causas de atrofia óptica son la neuritis óptica, las lesiones compresivas del quiasma y las atrofias ópticas hereditarias.
En los adultos las causas más frecuentes de atrofia óptica son la neuropatía óptica isquémica, las lesiones compresivas de nervio óptico o quiasma y la neuritis óptica.
Otra causa importante de atrofia óptica, a cualquier edad es el papiledema.
Las manifestaciones clínicas de la atrofia óptica son disminución de la agudeza visual uni o bilateral, acompañada de grados variables de palidez de la papila óptica. Hay disminución de los reflejos fotomotores y en los casos unilaterales o asimétricos hay defecto pupilar aferente relativo. Siempre hay alteración del campo visual, pero el tipo de daño va a depender de la causa de la atrofia.
Figura 13. Atrofia óptica